NEGRONI’S TRIO:
Una nueva y aventurada era musical
Por Fernando Curiel
Padre pianista e hijo baterista en una aventura musical junto a un gran bajista es todo lo que ha necesitado Negroni’s Trio (Sony Music Latin) para llegar al noveno álbum con múltiples nominaciones al Latin GRAMMY®. Para marcar el inicio de una etapa en la que combinan un estilo híbrido lanzan New Era, un álbum de versiones lleno de influencias que apunta hacia la evolución del jazz, respetando el legado del pasado y viendo hacia el futuro.
Producido por el fundador y pianista José Negroni –con quien tuvimos el gusto de conversar–, New Era goza del impresionante talento de Nomar Negroni en la batería y del estupendo bajo de Josh Allen, así como varios invitados especiales que le añaden un toque muy particular a las interpretaciones de diez piezas de cierta trascendencia histórica.
“Desde joven escuchaba mucha música fusionada, jazz y cosas así”, comentó el padre de familia y líder del trio entrevistado aquí, y ‘música fusionada, jazz y cosas así’ es exactamente lo que encontramos en esta nueva etapa en la que entrelazan sonidos acústicos y sintetizados con influencias sudamericanas, y más allá.
Entrevistas
- entrevista a Armando Montiel
- Entrevista a Yamil Martínez
- Waldo Madera, Talento en constante evolución
- Andy Summers, La carrera solista después de The Police
- Omar Alfanno, Leyenda de la canción
- Entrevista con Carlos Rivera
- Steve Vai, Ilusiones reales de un genio
- Carlos Santana, Curandero del Rock
- (Just Like) Starting Over: Remixing John Lennon
- Ralph Rolle, Dueño del groove
Sin más preámbulo comparto lo que José Negroni amablemente compartió con Músico Pro.
¿Cómo escogieron el título New Era para el título del disco?
Eso fue idea de mi hijo Nomar. Representa algo fresco, ofrecemos otra cara pero sin perder la esencia de lo que es el grupo acústico. El nombre lo teníamos antes de hacer el disco. Yo ya tenía unos doce temas originales compuestos para el disco, un demo ya grabado y el título definido, hasta que después vino la decisión de hacer temas conocidos. Eso fue un poquito chocante pero después me pareció muy bueno que se haya tomado esa decisión. Así que esos doce temas originales están durmiendo por ahora y la idea original del título quedó.
¿Cómo obtienes los sonidos de los sintetizadores que usas?
Tanto en el disco como en vivo uso el Yamaha Motiv, y hay otros sonidos que hicimos nosotros, es decir, que los combinamos unos con otros y personalizamos.
¿Usas algún otro controlador externo?
Antes usaba un controlador Yamaha de 88 teclas que tenía un peso en las teclas muy similar al de un piano, y por eso lo usé durante muchos años. Pero hoy día como me dedico a tocar más piano acústico, a veces uso un controlador pequeño –también un Yamaha, no recuerdo el modelo– con el que reproduzco algunos sonidos.
Hay quienes pasan la señal de los sintetizadores por procesadores y efectos externos, ¿has experimentado con equipos adicionales a tus teclados con el fin de cambiar el sonido?
No uso pedales ni nada adicional. Es que hoy en día salen tan buenos los sonidos que al menos que seas sumamente exigente y conocedor de la electrónica, basta y sobra con muchos de los sintetizadores disponibles hoy día. Esto es especialmente cierto si tienes tiempo disponible para profundizar en lo que tu teclado ofrece. Lo ideal es que conozcas a fondo todos tus equipos para así aprovecharlos al máximo. Y en el estudio nosotros nos tomamos el tiempo para buscar los sonidos que queríamos con tranquilidad y paciencia. En vivo todo es tan rápido e inmediato que uno tiene que tener todos los sonidos preparados.
¿Hay algún teclado que consideres se aproxima bastante al sonido y sensación de tocar un piano de cola?
El teclado que más se ha acercado a la experiencia de tocar un piano de cola es un Kurzweil, creo que era el modelo Stage Piano SP88. Lo usé por mucho tiempo, y tuve varios porque a veces tenían un problema con la batería. Pero cuando uno lo ponía con un buen sistema de audio estéreo, ¡sonaba casi como un piano de cola!
Hoy en día, que me ha tocado grabar y tocar en vivo, me han puesto para usar algunos programas y librerías virtuales de piano, distintos paquetes como Steinway, Bösendorfer, etc., y la verdad es que ha avanzado bastante en los últimos años. El problema no son los teclados, ni los sonidos de los programas, sino el sistema de reproducción del recinto para que le llegue al oyente con un buen nivel de fidelidad. Me parece que hoy día ese es el punto en el que me he tenido que enfocar más para poder ofrecer un sonido impecable. He usado esos programas de piano en el estudio, y si tienes un buen teclado controlador, y cierras los ojos, ¡engañan! [risas]
¿Cómo escogiste las canciones que interpretaron en el álbum New Era?
Al ser un disco completamente de versiones, me tomé el tiempo de buscar canciones que a mí me gustaban de verdad y que han tenido que ver algo conmigo. Un buen ejemplo de eso es la primera canción del disco; conocí el trabajo de George Duke la primera ve que escuché “Brazilian Love Affair”, y me impactó la genialidad en la sencillez que tiene. Cuando digo “sencillez” es entre comillas porque es una sencillez melódica pero no deja de ser ge
nial. Y no hay nada sencillo en crear algo que sea ampliamente considerado genial. Después de que oí esa canción, empecé a investigar todo el trabajo de George Duke como pianista y compositor.
¿Crees en el amor a primera escuchada?
¡Definitivamente! Y ese fue el caso la primera vez que escuché la segunda canción del álbum, “Sweet Georgia Fame”. Este es un tema que conocí por Tete Montoliu, un pianista catalán que ya falleció. Creo que él ha sido uno de los músicos de España más conocidos del jazz de esa época. Y aunque el tema no fue de él, su versión fue la primera que escuché, ¡y eso ya hace unos cuarenta o cincuenta años! [risas] Él la tocaba en su forma original, swing. Y recuerdo haber pensado que me gustaría grabarla algún día, pero en esa época yo no pensaba ni en grabar un disco para mí.
¿Qué representa la música de Stevie Wonder en tu trayectoria, y cómo escogiste “Isn’t She Lovely” para este álbum?
Soy un fanático admirador del compositor. A mí me fascinan todas las melodías de Stevie Wonder. Este tema es un verdadero ejemplo de lo que es el pop. Y me encantaría algún día hacer temas solamente de Stevie Wonder.
¿Qué te atrajo de la canción “El Incomprendido (I’m Misunderstood)” tanto como para incluirlo en este proyecto?
Vengo escuchando ese tema toda mi vida, y tuve el honor de trabajar con el compositor Bobby Capó. Además, curiosamente he trabajado con su hijo y ahora con Pedro Capó, que es la tercera generación. Originalmente era un bosa nova, y hablando con Pedro Capó, quien iba a ser un artista invitado en New Era, le dije que me gustaría usar del repertorio de su abuelo, y le gustó la idea. Parece que me leyó la mente porque él sugirió usar “El Incomprendido”, y es el tema que yo tenía pensado interpretar.
¿Qué me puedes decir de la canción “My Love” de Paul McCartney después de haberla conocido tan profundamente en el proceso de adaptación a tu estilo?
Creo que es una de las melodías más grandes que ha escrito Paul McCartney. Si te fijas en la letra, lo único que dice es ‘mi amor’. Es sencilla, pero la melodía es tan diferente que eleva a la obra a un nivel muy especial.
Hace tiempo me habían sugerido interpretar temas de los Beatles, pero para serte sincero no había una canción que me motivara tanto. Mas sin embargo esta, que la conocía desde hace tanto tiempo, ganó.
¿Cómo escoges el tema indicado para un artista invitado, como en el caso de “Sunny”, en el que colaboró Aymee Nuviola?
El tema “Sunny” es un clásico en la música popular y en el jazz, creo que es uno de los más interpretados, tanto así que lo puedo comparar con el tema “Bésame mucho”. Yo quería que Aymee [Nuviola] participara en este disco, pero había que encontrarle el tema indicado para ella. Cuando los artistas son versátiles es difícil porque pueden caer en cualquier sitio, pero yo quería estar más cerca de lo que considero que es su esencia como cantante. Durante la búsqueda de temas a interpretar en este álbum apareció “Sunny”, y supe que adaptado con el arreglo indicado, sería perfecto.
¿Cuál fue el primer tema que escogiste para New Era y por qué?
“That’s The Way Of The World” fue el primer tema que se confirmó en el grupo, y antes de yo hacer el arreglo de ese tema, ¡escuché como cien versiones! Me di cuenta que todos respetaron la introducción de la versión original por ser tan genial. Yo decidí cambiar la introducción, pero la hice súper simple, y lo que yo consideraba que sería agradable para el tema.
¿Cómo escogiste “Perfidia” para interpretarla en este álbum?
Ese tema se tocaba muchísimo en mi casa. Ponían los discos de vinil (que ahora están volviendo de moda). Yo de chiquito lo cantaba sin saber lo que estaba cantando. Le pregunté a Rose Max –quien la interpretó junto a su esposo Ramatis–, si había una versión en portugués y me respondió que sí. Buscamos la versión pero nos costó mucho trabajo conseguir al autor, pero lo conseguimos por medio de Peer Music. El tema es muy bonito y el portugués es un idioma muy sensual.
Le hice un cambio de armonía para que se adaptara a nuestra propuesta musical sin sacrificar su melodía, y la interpretación de Rose Max fue genial.
Además tienen un tema de Henry Mancini.
Ese es otro tema muy versátil que han grabado músicos de jazz, pop y clásicos. “Moon River” tiene una melodía impresionante, tanto así que es igual de bella en cualquier género que lo interpretan.
Aún así, admito que me presentó un reto; le hice dos arreglos y la verdad que cuando los terminé de escuchar ninguno me gustaba. Y entonces mi hijo Nomar me dijo, “Oye, pero falta un tema de solo piano. ¿Por qué no adaptas esta canción para piano solo?” Exploré la sugerencia y fue muy acertado.
¿Cómo se les ocurrió fusionar un tema clásico del jazz con música urbana como hicieron en “Take The A Train” de Duke Ellington?
Como dices, ese es un clásico del jazz, y la colaboración del rapero/vocalista Lápiz Conciente ya estaba planificada. Tuve que encontrar un balance para que esta fusión funcionara. No quería caer en el ritmo típico de música urbana, y no porque no me guste, pero buscaba hacer lo que conozco. Me parece valioso explorar pero es importante presentar siempre lo que sea tu fuerte; y lo que yo conozco es más tradicional. “Take The A Train” siempre será una representación de lo que es la música americana del jazz.
Después de que grabas un disco y lo escuchas, ¿tiendes a oírlo con una perspectiva crítica o eres capaz de disfrutarlo y ya?
La verdad es que yo estoy tan enamorado de este disco que lo puedo escuchar una y otra vez y disfrutarlo. Lo que me pasa con muchos de los otros discos es que los grabo, y no es que no me gusten pero ya no los vuelvo a escuchar. Ya como que se quedaron grabados y quedan en mi pasado. Pero este disco cada vez le encuentro como elementos nuevos. Creo que debe ser por las raíces de haber tocado mucha música pop en el pasado.
Cuéntame acerca de la etapa de tu carrera en la que trabajaste como director musical de artistas de alto perfil.
Dirigir a artistas fue mi trabajo para mantener a mi familia durante una etapa de mi vida. Cuando vivía en Puerto Rico incluso trabajé en hoteles haciendo shows de artistas internacionales de alto nivel. Pero diría que mi escuela grande fue con una artista grande que ya falleció llamada Carmita Jiménez. Tenía una calidad de voz impresionante y un concepto de show de primera. La música era dificilísima con unos popurrís que podrían durar unos 16 minutos. Y aún así tocaba unos 35 o 40 canciones en sus conciertos. Eran producciones donde los músicos tenían que ser de primera, porque era mucha la lectura y arreglos de grandes arreglistas.
También trabajé con Ednita Nazario, Braulio, Álvaro Torres, El Puma (con quien estuve dos años), Marco Antonio Muñiz, y muchos otros de distintos países. Trabajar en Puerto Rico fue una gran escuela porque pasaban muchos artistas de todo el mundo, desde los artistas más grandes americanos hasta los europeos.
¿Negroni’s Trio frecuenta presentarse en Puerto Rico?
Por lo menos cada dos años vamos. Este año estuvimos en el Heineken Jazz Festival, que es mundialmente conocido. Y estamos contratados para otro concierto ahora en enero.
¿Qué tan mundialmente giran ustedes?
Trabajamos en Europa, Japón, Indonesia, Estados Unidos y obviamente Latinoamérica.
¿Cómo abarcan las canciones originalmente grabadas con cantantes cuando están de gira?
Aparte del trío tenemos a dos muchachas que cantan pero no pueden estar en todas las presentaciones, así que la mayoría de lo que hacemos es como un trio instrumental. Hemos llevado a invitados instrumentistas también para hacerlo interesante.
¿Con quién te gustaría colaborar?
Uno de mis cantantes preferidos es Josh Groban y sé que algún día trabajaremos juntos. En cuanto a músicos instrumentistas es difícil decir porque admiro a tanta gente [risas].
¿Algunos pianistas que consideras esenciales que los músicos conozcamos?
Tete Montoliu, catalán que ya falleció, ¡su manera de tocar era increíble! Oscar Peterson, que tenía una técnica y manera de tocar tan especial. El que debería ponerme a estudiar yo algún día es Chick Corea, porque no es simplemente un pianista, él tiene la composición y manera de llevar sus producciones tan bien medida que es realmente sobresaliente. Gonzalo Rubalcaba para mí es un poeta en el piano. Podría nombrarlos a todos, como Herbie Hancock y tantos otros, pero lo importante es estar atento a la buena música de donde venga.
¿Algún pianista sobresaliente de la nueva generación?
Sí, hay varios, pero me viene a la mente Hiromi, quien fue a Berklee con Nomar, ¡y contigo! La primera vez que la vi fue en el teatro de Berklee, y ahí mismo pensé, “¡guao, qué técnica tan impresionante!” Es notable que tuvo buenos maestros de piano clásico por su técnica impecable.
Hay quienes consideran que el jazz es un género musical que se aprovecha mejor en vivo, ¿estás de acuerdo?
Hay música buena y mala en todos los géneros. No hay ninguna experiencia que iguale a la de sentir la música en vivo. Así que aconsejo hacer el esfuerzo de enriquecerse con esas experiencias, y buscar conciertos. Eso es algo que queda contigo toda la vida.
Habiendo dicho eso, también es cierto que hay discos que tienen cierta magia que queda inmortalizada. El primer disco del Elektric Band de Chick Corea es genial, y desde un jazzista hasta un roquero puede apreciarlo. Oscar Peterson tiene un disco de bossa nova muy especial. Me gusta mucho lo que hace Al Di Meola porque es como una fusión de World Music donde es muy melódico y a la vez trata de destacar mucho su técnica.
¿Es posible ganar dinero hoy día con un álbum bien grabado?
Hoy más que nunca, para la gran mayoría, un disco es una carta de presentación. Sin embargo tienes que grabarlo porque la gente quiere tener la música, pero los conciertos son como hacemos dinero. Nosotros somos los responsables de motivar a la gente a que vaya. Tenemos que pensar en arreglos nuevos, repertorios interesantes, y cosas que den incentivos a que sigan asistiendo a los shows. Sin embargo, al final del día ¡la buena música es el mejor incentivo de todos!