Boris Milán: Los oídos de la experiencia
Por Rodrigo O. Sánchez
Esta entrevista fue hecha utilizando el micrófono iRig Mic Cast HD
Boris Milán es un destacado ingeniero de mezcla, masterización y grabación que tiene más de 20 años de experiencia y seis premios Latin Grammy a su nombre. Ha trabajado con artistas tan variados como Andrés Cepeda, Shakira, Carlos Santana, Ricardo Montaner, Gilberto Santa Rosa, Fonseca, Plácido Domingo, David Bisbal, Erika Ender y Luis Fonsi, por mencionar a algunos. En esta amena conversación, Boris Milán reveló algunos consejos y perspectivas que serán de gran utilidad para cualquier personal envuelto en una producción musical.
¿Cómo es tu realidad como ingeniero de mezcla hoy en día?
Bueno, yo vengo de una estructura de estudios tradicionales, donde iba la gente a grabar constantemente. Aquella idea de un estudio grande donde el cliente aparecía y se hacía casi todo físicamente. Hace unos 18 años construí un estudio en mi casa. Y bueno, para el 2000 los estudios medianos empezaron a desaparecer. Se volvió muy difícil para muchos estudios sostener esa infraestructura de pagar electricidad, alquiler, y todo lo demás que implicaba ese modelo de negocios. Entonces quedaron los estudio de más marca. Los demás estudios y estudios medianos desparecieron y los ingenieros empezaron a trabajar desde sus propios estudios caseros. Los costos de micrófonos y demás tecnologías bajó y eso también permitió la proliferación de estudios caseros.
Lo otro que pasó fue que los presupuestos de grabación bajaron de manera muy pronunciada. Si una producción antes te costaba 30 mil dólares, ese algo de pronto empezó a costar 5 mil. Y así. Lo bueno que eso trajo fue la igualación, ya que hoy muchos pueden plasmar sus talentos e inquietudes, cosa que antes era casi imposible si no tenías alguna disquera o apoyo de un tercero.
Lo otro que cambió mucho es que se puede trabajar de manera remota. Tengo clientes en Argentina, Italia, etc.
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Háblame del mito de “lo arreglamos en la mezcla”.
Esa es una pregunta un poco compleja. Yo trato de educar a mi cliente en la medida de lo posible. Mi cliente en general tiende a ser el productor, y a veces el mismo artista que a su vez es productor. Cada vez hay menos proyectos que vengan de disqueras. Y bueno, no todo lo que se graba en un estudio casero es inferior. De hecho hay productores de muy alto nivel que trabajan en estudios caseros. Y bueno, a veces también tengo clientes que no tienen tanta experiencia y que van aprendido sobre la marcha. Eso se refleja en la grabación, a la musicalidad empleada, etc. Eso de “arreglarlo en la mezcla” tiene un límite. La canción, el arreglo y la ejecución deben tener un cierto nivel para que pueda funcionar.
¿Cuál es tu reto más grande al trabajar?
El reto más grande es tratar de crecer con los tiempos, de estar actualizado, de no estancarse en un sonido o en un estilo. La música siempre va evolucionando, a pesar de que hay cosas y tendencias que a veces se repiten. Tengo la suerte de haber trabajado en una gran variedad de estilos desde Polka Rusa hasta lo más ortodoxo como tropical, urbano, etc. Eso me ayuda mucho para mantener la frescura en lo que hago.
¿Qué impacto han tenido los premios Grammy en tu carrera?
Es bonito el reconocimiento que sin duda te da algo de credibilidad y peso a tu nombre. Igual, uno sigue teniendo que crecer y evolucionar. Esos premios son una consecuencia del trabajo, pero no el objetivo del mismo.
¿Cuál es la importancia de la masterización y por qué no se puede saltar esa parte del proceso?
La masterización es el último paso antes de la distribución de la música. Tiene la virtud de que después de entregar la canción mezclada al ingeniero de masterización, este último ofrece oídos frescos y una nueva perspectiva. Típicamente, los ingenieros de masterización tienen bastante experiencia y han escuchado muchísima música y esa perspectiva también ayuda mucho para completar el ciclo de producción. Lo ideal es que la mezcla y la masterización sean dos procesos separados e independientes.
¿Cómo empiezas el proceso de mezcla?
Todo empieza antes de recibir cualquier archivo o de abrir una sesión. Lo primero que hago es hablar con el cliente y definir cuáles son sus expectativas. Hay clientes que me dicen que mezcle tal cual yo lo desee y hay otros que me dicen cómo quiere que suene la canción, a través de alguna referencia. Le pregunto al artistas sobre sus influencias, qué canciones le inspiran, si se trata de algo reflexivo, de lo que buscan transmitir, pido referencias, etc.
Luego pido que me envíen lo último que escucharon al momento de enviar la sesión. Eso me permite ver cuál es el balance del tema, etc. Luego empiezo ordenar todo con sus nombres en caso haga falta, etc. Veo la pantalla como si fuera una consola, Organizo de izquierda a derecha empezando con el bajo, batería, percusión, luego partes armónicas, sintetizadores, pianos, guitarras, etc. De último pongo la voz. Todo va agrupado y con colores. Tengo varios templates de mezclas ya con efectos para voces, delays para guitarras, etc.
¿Qué le compartes al ingeniero joven que está inconforme con sus mezclas?
Bueno, ese es un tema muy interesante. Yo hasta el día de hoy sigo buscando información al respecto e investigando. Busco cosas en Internet, YouTube de ingenieros, etc, tratando siempre de aprender algo nuevo. Entonces, por un lado hay que educarse constantemente. Por otro lado, si hay algo que te está demorando todo al mezclar y algo que no consigues dar en el clavo, quizá sea un problema de acústica. Para conseguir un balance naturalmente y medianamente bien hecho no necesitas cientos de plug-in. Entonces, si estás trabajando en un estudio o espacio que tenga mala acústica, es como echar tiros al cielo. Es como que un pintor haga una pintura de colores pero mirando a través de un vidrio rojo. Es igual en acústica. Si estás trabajando en un cuarto que no está tratado, tendrás información errónea. Hoy en día hay una cantidad de herramientas para calibrar tu cuarto. Hay una compañía llamada Sonarworks que ayudan mucho con eso. IK Multimedia también posee herramientas que te pueden ayudar con eso.
Lo otro a considerar es que la canción y la música va por delante de todo. Si tu canción es buena, eso se queda así. Cómo la traduces y cómo la plasmas es otra cosa. Pero creo que no debemos clavarnos en la parte de plug-ins, micrófonos y electrónicos sin pensar en la música primero.
Dime cinco álbumes con ingeniería deslumbrante.
De Pink Floyd, Dark Side of The Moon. Es un disco antiguo pero todos los conceptos ahí son relevantes hasta hoy. Básicamente cualquier cosa de los Beatles. Leí un libro de Geoff Emerick (ingeniero de grabación de The Beatles) y fue ahí que entendí como se cambió la historia de nuestra industria. Otro es Paris de Supertramp, que es espectacular. Otro que me encanta es Synchronicity de The Police. Ese disco me marcó y me ayudó a definir lo que quería hacer profesionalmente.