ANDRÉS TORRES Y MAURICIO RENGIFO:
Una visión acertada del éxito
Por Fernando Curiel
Más de 10 billones de vistas en YouTube, y 4 billones reproducciones en Spotify. Las impresionantes cifras representan la amplia aceptación de la música que ha pasado por las manos y oídos del dúo de producción compuesto por Andrés Torres y Mauricio Rengifo. Con más de veinticinco éxitos con artistas internacionales de la talla de Justin Bieber, One Republic, Demi Lovato, Alejandro Fernández, Carlos Vives, Thalía, Nacho, Karol G, Gloria Trevi, Sebastián Yatra, Carlos Baute, Paulina Rubio, Morat, y Joey Montana, entre otros, asombra más aún cuando nos enteramos que empezaron a trabajar juntos en 2015. Han logrado mucho en poco tiempo, y se podría decir que lo que los puso en el mapa fue su trabajo como productores de “Despacito”, el éxito de Luis Fonsi ft. Daddy Yankee y la remezcla que siguió con Justin Bieber, que se ha convertido en una de las canciones más sonadas de la década a nivel global.
Galardonados con el premio a Productor del Año durante los Premios Billboard de la Música Latina, el GRAMMY Latino por Grabación del Año y nominación al GRAMMY en la categoría de Grabación del Año. Acompáñame a visitar el estudio de los productores que muchos consideran los más importantes de la industria musical de hoy.
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Háblenme un poco de sus inicios en la música, y cuando cruzaron caminos por primera vez.
Mauricio Rengifo: Venimos haciendo música desde muy pequeños. Andrés empezó con la batería y yo cantando. Nos conocimos por amigos en común en Bogotá. Sentíamos mucho respeto el uno hacia al otro. A medida que esa afinidad por la música y la producción fue avanzando, nos llevó a trabajar juntos en algunas canciones, y hace un par de años decidimos hacer un equipo de producción.
¿Los dos estudiaron música formalmente?
Andrés Torres: Sí. Mauricio estudió en Los Andes y yo estudié en La Javeriana, después me vine a estudiar a Los Ángeles, a Musicians Institute.
¿Es esencial estudiar música para poder ser exitoso?
AT: Esencial no. Pero nos ha ayudado a seguir una lógica y hacer las cosas más rápido, a entender cómo resolver un acorde y esas cosas. Puede ser muy útil pero a veces puede jugarte en contra si te enfocas en algo muy particular que de repente a la gente no le importa tanto.
MR: Uno debe entender que esas “reglas” de la academia son una herramienta de mucha ayuda, pero que a veces es necesario romperlas. Muchos de los mejores músicos del mundo no recibieron educación formal, y quizá eso los libera de ciertas ataduras y con ello empujan las barreras de lo establecido.
¿Cuántos instrumentos tocan?
AT: Mauricio canta, toca piano, y guitarra. Y yo toco batería como instrumento principal, y también toco piano y guitarra ¡con la ayuda de Pro Tools!
MR: Así es, tocamos un instrumento muy bonito que se llama Pro Tools [risas].
Mucha gente crea y produce música completamente con la computadora, ¿creen que eso va en pro, o en contra de la musicalidad?
AT: Yo lo veo más bien como que la tecnología es un instrumento más. Es una evolución. No lo veo como algo malo o bueno, es una nueva manera de hacer las cosas. Nosotros creamos con la computadora pero nos encanta mezclarlo con instrumentos y músicos de verdad.
MR: Grabar a un ser humano siempre tiene un toque de aleatoriedad que termina en un sonido más orgánico, no solo porque cada músico tiene un toque diferente, sino que le imprime su propia voz. Colaborar lleva las cosas a lugares donde no hubiésemos llegado nosotros solos.
¿Qué relación entre instrumentos reales y virtuales es un estándar para ustedes?
MR: En una sesión nuestra, probablemente 50/50. A pesar que hoy en día la música está muy cargada hacia los instrumentos virtuales, es muy raro que utilicemos solo éstos.
AT: Disfrutamos mucho cuando hacemos producciones solo con instrumentos reales también. Sin duda suena mucho más fresco y es algo diferente a lo que hacemos normalmente.
¿Qué grado de libertad les permiten los artistas con los cuales trabajan para ejecutar ustedes mismos los instrumentos?
MR: Si ellos vienen a nosotros es porque confían en nuestro criterio. Muchas veces grabamos los instrumentos, otras llamamos a músicos que nos parecen los adecuados para el tema. A menos que sea una banda, la cual siempre toca sus propios instrumentos, y aún en esos casos pasa que hay cierto instrumento que ninguno toca y llamamos a un tercero.
AT: ¡A veces también utilizamos músicos que tanto nosotros como el artista o banda, somos fans! Esta mañana, por ejemplo, estábamos grabando a Ramón Stagnaro que quizá sea uno de los mejores guitarristas en el mundo. Lo mismo nos pasó con Christian Nieves, quien grabó el Cuatro para “Despacito”. Fue un verdadero placer verlo y escucharlo tocar durante las grabaciones.
¿Cuáles talentos o personalidades se mezclan o complementan para que ustedes como equipo funcione?
MR: No tenemos una fórmula definida sobre el papel que cada uno juega, es algo más orgánico y aleatorio. Creo que eso ayuda a que las diferentes producciones en las que hemos estado involucrados no suenen igual ni que lo vayan a hacer en un futuro. Nos gusta que las composiciones estén muy bien estructuradas, pero que la producción pueda tomar diferentes caminos siempre. En el caso de que toque grabar una batería o unas voces, sabemos cuál de los dos lo va a hacer, pero muchas veces uno de los dos programa los beats, y el otro los edita, por ejemplo.
AT: Por la parte de la personalidad me parece que es la pasión y el entusiasmo por lo que hacemos, que a su vez tiene sus bases en la música, que es lo más grande que nos une.
MR: Lo que sí veo que ganamos mayormente trabajando como equipo, es la velocidad con la que hacemos las cosas. Si uno deja ciertas cosas para después, el otro toma la iniciativa de llevarlo a cabo. Por ejemplo, si a un tema le falta grabarle una guitarra, inmediatamente levantamos el teléfono, llamamos al guitarrista que mejor nos parezca y en media hora está llegando al estudio y a grabar. Esa velocidad nos da mucha frescura y nos ayuda a mantener un enfoque en el proyecto.
Yendo a lo más básico, a laesencia de las cosas, ¿qué significa para ustedes ser productores?
AT: Creo que esa definición ha cambiado mucho con los años, también porque hoy existen muchos artistas que producen. Me parece que hoy en día cualquier persona que esté grabando música y llevándola hacia un producto final, artístico, y con una dirección ya debería ser llamado productor. Pero esa figura que está a cargo de toda la producción, ese productor general, es una figura con la que nos sentimos aún cómodos y que nos gusta.
MR: Es así, antiguamente era una figura de poder que hasta decidía los temas se grababan. Hoy en día los productores componen, programan, editan, están muy involucrados en el proceso.
Y en esa misma idea del papel cambiante del productor y toda la evolución tecnológica, ¿les parece que un productor también debe ser compositor, proficiente en un instrumento, incluso saber leer y escribir música?
AT: Voy a hablar por mí. Siempre me ha parecido que mientras más cosas uno sepa hacer en la música, ¡pues mejor! Comencé tocando batería. A veces el baterista no era reconocido como músico, entonces empecé a buscar otros instrumentos y a aprender a utilizar Pro Tools por ese afán de querer ser un “músico”. Y eso me llevó a tener una serie de conocimientos que hoy en día valen muchísimo en la industria musical.
Hablemos un poco de algunos trabajos destacados que han hecho. Andrés, estuviste involucrado con Alejandro Sanz, y ello te mereció un GRAMMY®. ¿Cuál fue tu papel en ese proyecto?
AT: En ese proyecto estuve involucrado en la ingeniería de sonido y grabé la batería en un par de canciones.
¿Entonces también son ingenieros de sonido?
MR: Bueno hay una delicada línea ahí. Si bien es cierto que realizamos muchos labores de ingeniería diariamente, no somos ingenieros de sonido como tal. Muchas veces trabajamos de la mano con ingenieros de sonido, otras veces grabamos nosotros mismos y por lo general quedamos muy contentos con el producto final. Es difícil contestarte si en verdad nos consideramos ingenieros…
AT: Creo que es otra de esas cosas que ha evolucionado con el tiempo. Si me comparo con tal o cual ingeniero, pues no me considero uno. Pero como dijo Mauricio, todos los días hacemos ingeniería de sonido. Creo que cada vez más esos títulos se van borrando y al final lo que queda somos personas que estamos haciendo música, enfocados en el resultado final.
¿Qué tanta experiencia tienen en el área de la composición y que tan vital les parece que es para su labor como productores?
MR: Es vital para nosotros, sin duda. No todas las canciones que producimos son escritas por nosotros, pero intentamos que así sea o por lo menos metemos la mano lo más que podamos para buscar como llevarla a lo mejor en que se puede convertir. Nos gusta mucho escribir y siempre tratamos de aproximarnos a diferentes géneros de maneras alternativas para ver por dónde podemos agregar algo nuevo. Obviamente si alguien nos llega con una buena canción que no es escrita por nosotros, pues la vamos a producir, pero por lo general cuando la escribimos nosotros, el proceso de composición y producción es una sola cosa que se mueve muy rápido.
¿En qué momento se entrelaza esa parte creativa de composición y producción, con la parte comercial de la industria?
AT: Los proyectos nos han llegado de todos lados. A veces viene del lado de nuestro management, a veces viene de parte de un A&R de una disquera ya que trabajamos con muchas, a veces viene directamente a nosotros. Por lo general, si nos causa emoción, nos metemos. Después solucionamos la parte del contrato y el aspecto legal.
¿Cómo desarrollan los beats, que librerías usan?
MR: Programamos mucho en Pro Tools y tenemos muchos samples que a su vez siempre vamos editando y envenenado para que no sean siempre los mismos. Pero usamos lo que tiene la gente al alcance, simplemente le ponemos nuestro toque.
Entonces usan mucho sound design para llegar a los sonidos que quieren.
AT: ¡A veces es más sound design que otra cosa! Nos vamos al detalle más mínimo.
MR: Lo importante es comprometerte con el sonido que te gustó, porque uno puede volverse loco editando sobre la edición, sobre la edición…
AT: ¡Y somos fans del botón de “Commit”! [risas]
¿Sus sesiones tienden a tener pocos o muchos canales?
MR: Muy pocos canales. Siempre tenemos en consideración lo importante que es que la sesión le llegue muy ordenada al ingeniero de mezcla. Para que éste se pueda sentar a trabajar enseguida.
¿Tienen algunos consejos para mantener una sesión organizada dentro de Pro Tools?
MR: Utilizamos siempre la misma nomenclatura y colores para identificar los tracks. Nuestros markers los llamamos de la misma forma, los coros…
AT: Los markers son muy importantes, no hay nada más terrible que abrir una sesión y no tener idea donde se está parado. Suena a chiste, pero cuando uno tiene una sesión ordenada e identificada, uno puede escuchar mejor los detalles. Te ayuda a hacer mejores comparaciones entre versos o pre coros, por ejemplo.
¿Trabajan en una misma estación de trabajo o tienen varias?
MR: Tenemos dos, así cada uno puede enfocarse en algo y ganar tiempo. Podríamos estar con un artista escribiendo una canción de 10am a 2pm y después uno de nosotros quedarse arreglando la melodía o alguna otra cosa junto al artista, y el otro montar la estructura de la canción en el Pro Tools por ejemplo.
AT: Muchas veces trabajamos a la misma vez por lo que utilizamos audífonos, pero ambos estamos conectados al sistema de monitoreo y a la cabina, simplemente se patchea diferente, así no nos interrumpimos.
¿Cómo estimulan la creatividad del artista?
AT: Este estudio está pensado para ello. Tiene mucha luz natural y un sofá muy cómodo. Alrededor hay muchos lugares agradables para ir a comer. La idea es que la gente que esté aquí se sienta tranquila y relajada. No quisimos crear un ambiente competitivo o de premios.
¿Tienen algún flujo de señal preestablecido o preferido para grabar voces, o guitarras acústicas?
MR: Para voces, generalmente el micrófono que utilizamos es el Telefunken 251 salvo que la producción sea algo muy cargada, entonces usamos un Manley Reference, que es más brillante y agresivo. Pero por lo general, el Telefunken a un Neve 1084, de ahí a un Tube-Tech CL 1B y de ahí a Pro Tools. En Pro Tools utilizamos una reverb nativa del DAW. Nos hemos dado cuenta que los cantantes te dan todo lo que tienen si le mandas un auxiliar bien mezclado, con una buena compresión para que se oiga apretado, bastante reverb, ecualizada, etc., que se sienta que suena como un CD.
AT: Conseguimos mejores resultados de su ejecución cuando el cantante se quita un lado de los audífonos y del otro se tapa el oído para escucharse sí mismo.
¿Qué audífonos usan?
MR: Unos Beyerdynamic 770 Pro.
¿Sienten necesario afinar voces?
MR: Sí, totalmente. Y no tiene nada que ver con el talento que tenga el cantante. El oído musical de la gente se ha vuelto muy exigente y esta herramienta bien utilizada suma muchísimo.
AT: Hay gente que utiliza el Auto-Tune como un instrumento más. En la música urbana se usa muchísimo y suena bastante chévere.
MR: El truco para que no se note es que el cantante haya grabado una buena toma. ¡Si no lo hizo, es tu culpa! Has debido hacer 3 o 4 tomas más hasta conseguir una buena.
Para guitarras acústicas nos gusta utilizar el Neumann KM 184, que es el reissue del KM 84, es un poco más brillante y eso ayuda muchísimo a que corte aún más al reproducirlo en los teléfonos. Pasamos por un Neve o por el Chandler Limited TG2 como pre amps, y hemos estado experimentando con el LA-3A de Universal Audio y con el Tube-Tech.
¿Utilizan uno o varios micrófonos?
AT: Un solo micrófono. Nos gusta posicionarlo en el doceavo traste.
Y una vez que la señal ya se encuentra en Pro Tools, ¿les gusta procesarla, doblar o triplicar las guitarras?
AT: Lo hacemos mucho en las guitarras rítmicas sobretodo, paneamos: 100 a la izquierda y 100 a la derecha. Pero no las procesamos mucho una vez que están grabadas. Lo máximo que hacemos es ecualizarlas un poco, porque cuando comienzas a meterles muchos plug-ins, terminas con un sonido que ya no es el de la guitarra.
MR: El Sound Design del que hablamos antes lo aplicamos más para samples y sintetizadores. Para instrumentos de verdad nos gusta captar la esencia del instrumento.
Pero sí les gusta comprimir y ecualizar antes, en la etapa de grabación, ¿cierto?
AT: Sí, pero vamos trabajando el sonido hasta obtener el que queremos y ahí la grabamos. Sí utilizamos compresión adicional o ecualización adicional dependiendo de la necesidad del tema, pero tratamos de no excedernos plug-ins una vez grabadas.
¿Graban el bajo por amplificador o directo?
AT y MR: ¡Directo!
MR: Hemos intentado varias veces grabar con amplificador, le hemos dado chances…
AT: Pero siempre terminamos utilizando la señal directa. Con un buen DI es suficiente.
MR: Y un buen bajista con un buen bajo.
Cuando usan samples de bajo, ¿qué instrumento virtual o hardware les gusta utilizar?
AT: El Roland 808 tiende a ser nuestra primera opción. Nos gusta muchísimo el bajo de los sintetizadores Juno (también de Roland), y usamos los bajos de Trilian (de Spectrasonics) para esos bajos de notas largas que tocan solo la raíz del acorde; ¡suenan increíble! En algo más electrónico, los de Serum suenan increíble.
Pasemos a la batería; teniendo un baterista en el equipo me imagino que la tocarás tú (Andrés), ¿o llaman a alguien para tocarla?
AT: ¡Por contrato solo la toco yo [risas]! A ambos nos encanta grabar baterías porque sin duda es lo más difícil de grabar. Es un instrumento que te obliga a hacer compromisos con los que puedes vivir, ya entendimos que no existe la grabación perfecta de batería.
Demasiada interacción de micrófonos, problemas de fase…
MR: Y porque hay tantas baterías que suenan increíble en tantas canciones diferentes. Hay demasiados elementos combinados en una batería.
AT: Y estamos abiertamente obsesionados por siempre hacer un mejor trabajo en cada nueva grabación. Últimamente nos dio porque queremos que las baterías suenen igual de grande que los samples, y hemos estado muy cerca de lograrlo varias veces. Hemos estado probando diferentes tarolas [redoblantes, caja], platillos, afinaciones, compresores… así hemos ido aprendiendo más y más.
MR: Generalmente grabamos con un ingeniero que está más cercano al metal y al rock pesado, y nos beneficia mucho porque se obliga a crear sonidos de redoblante con un gran ataque y buenos bajos, porque así estés grabando la balada más lenta, un buen sonido de batería es importante.
¿Buscan un estudio con buena altura para el sonido del cuarto de la batería?
AT: Te diré que últimamente no hemos utilizado micrófonos de sala buscando un sonido más seco y directo.
MR: Culpo a John Mayer y a Steve Jordan por eso [risas].
Volviendo al área de producción, he conversado con muchos productores e ingenieros de sonido que me han dicho que casi el 80% de su trabajo es de psicólogo del artista, ¿a ustedes les parece que es así?
MR: Yo creo que sí. Hay que recordar que la música es arte y es inspirada en sentimientos. Pero también es un trabajo y hay que ser muy frío y estructurado. Creo que hay que saber que NO decir. ¡No voy a estar preguntándole al artista 10 veces si en verdad le está gustando lo que estamos haciendo, o si ese bombo de reggaetón que le estamos poniendo a la canción va a hacer dudar a sus fans o algo así! Somos más de relajarnos y trabajar en esa corriente.
Tengo una lista de algunas producciones en las que han estado involucrados, ¿podrían comentarnos algo acerca de ellas? Empecemos con Gloria Trevi, “Dímelo al revés”.
MR: Fue de las primeras canciones que produjimos juntos como equipo. Nos pareció muy cool como una artista que tiene tanto tiempo en la industria, quiso reestructurar su sonido y nos permitió ser partícipes de eso.
Carlos Baute, “Amor y dolor”.
MR: Estábamos en ciudades diferentes y nos mandábamos los archivos constantemente. Aún no teníamos este estudio.
Paulina Rubio, “Me quema”.
AT: Fue cuando hicimos oficial nuestro equipo. Nos fuimos a Miami a desayunar con ella y ahí terminamos de tomar la decisión de hacer esto.
Luis Fonsi feat. Daddy Yankee, “Despacito”.
MR: Obviamente ha tenido muchísimos reconocimientos para nosotros pero también para Fonsi, que en nuestra opinión está en la cima del talento. Y que pudo innovar y salirse de su zona de confort de la forma más original.
La cantidad de vistas en YouTube es impresionante…
AT: ¡Ya tiene más de 5.2 billones de vistas! Sin duda es la producción más exitosa en la que hemos trabajado, ¡es un fenómeno mundial! Es la primera canción No.1 en los Estados Unidos en español. Tiene una cantidad de récords alucinante. Ojalá podamos volver a hacer algo así.
¿Qué nos pueden decir del proceso de esa canción? Fonsi fue a Los Ángeles, ustedes fueron a Miami…
AT: Fuimos a Miami ya que estábamos en proceso de producción del disco. Ya habíamos hecho unas cuatro canciones antes de “Despacito” para el disco. A pesar de que siempre supimos que este tema tenía algo especial, nos costó mucho llegar a la producción perfecta para ella. Hubo varias versiones y muchos cambios. Y de cabo a rabo, estuvimos alrededor de un año completo trabajando en la canción.
Pasa mucho que el ingeniero, el productor, el mismo músico se satura de tanto escuchar la misma canción, pero esto fue un año… ¿Aún les gusta la canción?
MR: ¡Me gusta mucho [risas]!
AT: ¡A mí también [risas]!
¿Y las grabaciones donde tuvieron lugar?
AT: Todo se grabó prácticamente en L.A. menos las voces. Las de Fonsi se grabaron en el estudio de su casa, donde él graba todo. Las partes de Daddy Yankee también fueron grabadas en Miami y el cuatro de Nieves se grabó una parte en Puerto Rico (los coros), y los leads como el de la intro se grabaron en Miami.
¿Cuál fue el papel de ustedes específicamente en la producción de “Despacito”?
AT: Fonsi traía el tema en su guitarra, nosotros creamos junto a él básicamente lo que escuchas hoy día.
MR: Digamos que toda la programación. La idea era que cualquier niño pudiese escuchar este tema antes o después de un reggaetón y que no sintiera que le estaban tocando su música de una forma indebida o se sintiera que por tener muchos elementos Pop se estaba desvirtuando. Y eso la hizo camuflarse en diferentes mercados en los que un reggaetón no entraría normalmente.
He visto incluso análisis “científicos” en internet que dicen que el bajón de tempo y silencio antes de entrar al coro causa tal o cual efecto en el cerebro…
AT: ¡Sí, nosotros no somos científicos [risas]!
MR: Desde el primer día que Fonsi nos mostró la canción, era de esa manera. Ese fraseo lento del “Deess… paaa… cito”, fue casi que la idea que inspiró toda la producción. Técnicamente fue un lío hacer que la producción se adecuara a esa frase.
AT: Es un compás de 5/4.
MR: Pero el ‘copy – paste’ se convirtió en una pesadilla para que después el resto de la sesión cayera en el 1 del compás.
AT: Y a pesar de que utilizamos la función de Grid, en verdad no se podía cuantizar todo porque hay muchas cosas que se mueven, y ese compás de 5/4 no es 100% 5/4 porque pierde una semicorchea.
Pero entonces, ¿la canción sí está en un solo tempo?
MR: Correcto, solo que hay unas pausas. La cosa es que Fonsi cantaba y donde dijera el “ci” de “Des-pa-CI-to” es que arrancamos todo.
¿Y la participación de Justin Bieber?
AT: Estábamos en L.A. y nos llamaron diciendo que él estaba en Colombia y que les mandáramos la sesión porque iba a grabar.
Si ustedes tuviesen una banda juntos, ¿qué género creen que sería?
AT: Tropi Pop [risas]. Tenemos gustos muy similares y a pesar que disfrutamos de muchos géneros musicales, nos encanta una canción masiva con una buena melodía, al final somos parte de la masa.
¿Qué me dicen de One Republic, “No Vacancy”?
AT: ¡Gran experiencia!
MR: Aparte que somos grandes fanáticos de Ryan Tedder no solo por el trabajo que ha hecho para su banda, sino para artistas de la talla de Beyoncé, Sean Paul, etc.
AT: Y trabaja muy parecido a nosotros en cuanto a la velocidad y su manera de hacer las cosas.
Nacho, “Báilame”.
MR: La disquera nos buscó ya que esa canción ya estaba circulando. Nos pusimos a trabajar en ella y fue un proceso súper rápido.
AT: Y Nacho estaba saturado de la canción y confió en nosotros para que le echáramos una mano, y cuando nos pusimos a trabajar con él, en una noche ya teníamos la idea de lo que íbamos a hacer.
¿Cuánto tiempo dirían que toma una producción suya?
MR: Con el artista, para sacar el esqueleto de la canción, entre uno a dos días aproximadamente. Después viene el proceso de depuración entre todas las partes involucradas donde la escuchamos varias veces e intentamos varias ideas, pero son cambios cosméticos leves.
AT: Y muchas veces en esos cambios cosméticos es donde está la magia del tema. Uno llega con una cabeza fresca un día y oyes otra cosa diferente y así ocurre varias veces.
Para cerrar, ¿qué consejos tienen para los que comienzan en este negocio?
AT: Ser honesto con lo que uno es y lo que le gusta, y perseguirlo. Y hay que aprender un poco de todo porque créanme que en el mundo de la música, les va a servir.
MR: En este mundo hay un afán por ser más, o ser como tal persona, o cuestionar por qué él sí y a mi todavía no… La única manera de quitarse ese estrés del reloj que va en retroceso es que hay que hacer esto porque en realidad te gusta, y eso lo vas a transmitir y con un poco de suerte, le gustará a los demás.