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MAX MARTIN, SUERTE, Y OTRAS HISTORIAS DE INTERÉS
Por Rodrigo O. Sánchez
Max Martin es considerado un genio de la canción pop. Su historia como compositor de canciones es realmente interesante y curiosa. Y esto es así para muchos de los compositores más exitosos. En esta ocasión veremos algunas situaciones reales y bastante curiosas de nuestro rubro. Ya hemos abordado el tema de que muchas veces el camino al éxito de las grandes canciones y sus creadores no siempre es directo. Me atrevería a afirmar, en especial en el caso de los autores, que el camino al éxito está lleno de desvíos, calles sin salidas, y situaciones inesperadas. Aquí veremos tres casos sumamente curiosos pero que ilustran grandes verdades no solo de nuestra industria, sino de la vida. He titulado cada caso con el rasgo principal que lo caracteriza: suerte, una buena producción, todo tiene su público. Veamos.
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Max Martin y el factor suerte
A principios de los años noventa, el productor sueco Denniz Pop (mentor de Max Martin y padre del movimiento de autores y productores que ha hecho de Estocolmo la capital del Pop hoy en día) ya era un nombre de gran reputación. Como productor destacado, a diario le llegaban demos de artistas y bandas que deseaban ser escuchados y ser “descubiertos” por un gran productor. Fue así que un día, Denniz Pop recibió un cassette de Ulf Ekberg y Jonas Bergrren (la mitad del cuarteto Ace of Base).
Cierta vez, Denniz Pop puso el casete a sonar en su auto y lo que escuchó no le gustó en lo más mínimo. Sin embargo, al tratar de sacarlo de la casetera del auto, el casette se atoró adentro y no hubo manera de quitarlo. Como el radio del auto de Pop también estaba dañado, siempre que encendía el carro volvía a sonar el demo, y no había como apagarlo o quitar el casette. Esto se quedó así durante dos semanas. Después de 15 días forzado a escuchar el mismo demo, Pop sintió que le empezaba a gustar, al punto en que se dijo: “Voy a producir este grupo”. El resto es historia.
Esta información es extraída del libro “The Song Machine” de John Seabrook, disponible en español como “La Fábrica de Canciones”, lectura imprescindible para cualquier autor en donde habla de la carrera de Max Martin y mucho más.
Una buena producción, un buen arreglo
A principio de los años ochenta, el equipo de producción de Cindy Lauper le mostró una canción llamada “Girls Just Wanna Have Fun”. El demo original era una versión similar a algo punk-rock, con riff de guitarra según el estilo. Al escuchar ese demo, Lauper dijo: “Jamás grabaré esa canción. Es muy mala y me parece denigrante para las mujeres”.
Eric Bazilian (uno de los encargados de la producción) empezó a transformar el arreglo y producción, creó ese riff de guitarra conocido y le dio un giro muy Pop. Se la volvió a mostrar a Lauper, y al escucharla con ese nuevo arreglo y producción su reacción tomó un giro de 180 grados: “Me encanta esa canción, es buena y empodera a las mujeres. Grabémosla”. Era la misma canción, con arreglo y producción distinta. Además de mega éxito, el tema también se convirtió en un himno feminista de la época.
Esta y otras historias están disponible en el podcast de Bob Lefsetz, disponible de manera gratuita.
Encuentra tu público
Me gustaría invitarlos a que escuchen la música de Daniel Johnston. Durante décadas, este señor ha sido una figura destacada en la escena de música alternativa exterior a la industria de la música. Muchas de sus canciones parecen haber sido escritas por un niño de ocho años de edad, y exhiben ese nivel de madurez típico de un niño. Esa característica es precisamente lo que llama la atención a todos sus fans. La mayoría de sus grabaciones han sido hechas en su casa, y una vez más, suenan como si el ingeniero y productor fuese el mismo niño de ocho años.
Más allá de la calidad
Sin embargo, a pesar de que su música no se conforma con los estándares de calidad que conocemos, Daniel Johnston se ha ganado un público fiel que lo ha seguido durante más de 30 años de carrera (y en esto sí es similar a Max Martin).
Dicha carrera ha visto momentos difíciles debido a las enfermedades de Johnston (esquizofrenia y depresión maniática) las cuales lo han llevado a ser internado varias veces y hasta a arrebatarle el control de un avión al piloto en pleno vuelo y estrellarlo contra un bosque.
Uno de los más grandes fans de la música de Daniel Johnston fue Kurt Cobain. El legendario vocalista de Nirvana utilizó una franela con la portada de uno de los discos de Johnston titulado Hi, How Are You en un especial de MTV a principio de los noventa. Eso le dio gran visibilidad a Johnston, quien lleva casi 20 álbumes de estudios grabados y lanzados.
La singular historia y carrera de Daniel Johnston fue llevada a las pantallas a través del documental The Devil and Daniel Johnston. Altamente recomendado.
Conclusión
Es realmente impresionante leer y conocer cómo se dio el éxito de un mega grupo como Ace of Base, o como uno de las principales éxitos de los años ochenta casi no se graba, o como el artífice del Grunge, el hombre que cambio el rumbo de toda una industria era gran fan de un un artista considerado un chiste por muchos. Todas estas historias muestran que los caminos para crear y vivir del arte son realmente fascinantes y sumamente diversos.
Sigamos trabajando siempre y erriqueciéndonos de anécdotas únicas. Hasta la próxima.