Desde las 6 cuerdas el refuerzo de sonido de guitarras
Por Mario Montellano
Meda mucho gusto saludarles una vez más en este número especial de guitarra, en el que trataremos de darles una guía sencilla y general de los procedimientos más comunes que se usan en lo que yo llamaría obtención de señales de audio de guitarras, ya que, trátese de situaciones en estudio o sonorización en vivo, los lineamientos y criterios aplicables son muy similares.
Creo que la consideración más importante que debemos tener en mente al optar por un método para obtener la señal de una guitarra para alimentar una consola de audio, es que dicho método nos permita capturar el sonido y la esencia de la guitarra de la manera más fiel y nítida posible. A continuación mencionaremos las técnicas más usuales y las diferentes situaciones es que pueden aplicarse. Éstas normalmente dependen de dos factores fundamentales: el género musical de que se trate y si será estudio de grabación o concierto en vivo.
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Microfoneo
Comienzo con este método por ser el que más facetas presenta. Esta técnica consiste, como su nombre lo indica, en utilizar uno o más micrófonos para captar directamente el sonido proveniente del amplificador. En este punto debo aclarar que se supone que hablamos de un guitarrista cuyo sonido y procesamientos están bien definidos. Normalmente se usa con guitarras eléctricas en música rock o blues. Las variantes de esta técnica se dan fundamentalmente en el tipo y ubicación de los micrófonos utilizados. En el caso de la sonorización en vivo, lo más común es usar micrófonos del tipo dinámico cardioide, como el Shure SM-57. Existen también otros 2 micros muy similares entre sí que empiezan a ganar popularidad para esta aplicación en la actualidad: los Sennheiser e609 y e906. Hay quienes optan por usar costosos micrófonos a condensador de estudio de diafragma grande, pero en lo particular no soy partidario de esto, ya que este tipo de micrófonos normalmente no proveen un adecuado rechazo a los sonidos adyacentes que en un escenario abundan, son bastante sensibles a la retroalimentación, e incluso pueden llegar a dañarse por el elevado nivel sonoro en que comúnmente son usados los amplificadores de guitarra. En cuanto a la ubicación de los micrófonos, debo decir que en música rock es muy común la utilización de gabinetes de bocinas 4×12, por lo que lo más recomendable es colocar nuestro micrófono lo más cerca posible de la rejilla a la altura de las bocinas superiores con el objeto de evitar las reflexiones de sonido en el piso del escenario, pero no sobre el centro o guardapolvo de la bocina, sino más bien a la mitad de las paredes del cono. Es conveniente que antes de añadir ecualización en la consola, probar con diferentes ubicaciones del micrófono. Desde luego que la utilización de un compresor-limitador es altamente recomendable.
Un eterno problema que se presenta al usar guitarras eléctricas con sus amplificadores en un escenario es el excesivo nivel de presión sonora que esos gabinetes por naturaleza generan y siempre hay quejas de parte de los otros miembros de la banda de que las guitarras están muy altas. La primera opción lógica y viable sería pedir al guitarrista que baje el volumen de sus gabinetes, pero comúnmente las respuestas que obtenemos son clásicas: “Es que si no saturo mi ampli, no me da el sonido que yo quiero”. “Es que no me oigo”. En alguna ocasión me ha pasado que llega el productor del show y me dice que el volumen de las guitarras es demasiado elevado en la mezcla, y mayor fue su sorpresa al ver que esos canales ni siquiera estaban abiertos. Esto simplemente significaba que el volumen de los amplis de guitarra era tal, que no requerían refuerzo por parte del sistema de sala. Quizá en escenarios grandes al aire libre, esto no sea mayor problema, porque el sistema de refuerzo es lo suficientemente poderoso para cubrirlo y a una mayor distancia del escenario se perderán. El problema grave es en lugares pequeños donde el sistema de refuerzo y el nivel global de la mezcla son igualmente pequeños.
Opciones
Además de usar psicología y persuasión para lograr que el guitarrista baje su volumen voluntariamente, ¿existe alguna solución práctica para esto? He llegado a escuchar historias de gente que coloca resistencias eléctricas externas entre el ampli y los gabinetes con el fin de atenuar la salida sin perder la saturación del amplificador. Honestamente, no sé qué tan efectivo o seguro pueda ser. Jamás lo he visto ni mucho menos practicado. La única solución práctica que me ha funcionado realmente es ubicar los amplis de guitarra lejos del escenario (con sus respectivos micros obviamente). En el caso de los clubes pequeños he llegado a ponerlos en los camerinos, bodegas o alguna otra habitación cercana al escenario. Y solo correr cableados un poco más largos. En el caso de los escenarios grandes, los hemos colocado fuera de la tarima. Esto desde luego presenta sus inconvenientes. El principal es que hay guitarristas que tienen la costumbre de estar realizando ajustes a su ampli continuamente y además requiere un sistema de monitoreo eficiente y confiable, ya que la sensación psicológica por parte del guitarrista de que el ampli no está a la vista y por lo tanto no lo “siente”, requerirá al menos al principio mientras el guitarrista se habitúa a esta nueva situación, un buen apoyo por parte del sistema de monitores. En la situación ideal, si el presupuesto lo permite, deberían ser in-ears.
Señal directa
El uso de esta técnica es relativamente sencillo, ya que como su nombre lo indica, consiste en obtener la señal eléctricamente directa, ya sea de la salida del instrumento, del preamplificador o bien de la salida de los procesadores empleados por el ejecutante. Este tipo de obtención de la señal de uso en estilos de música en que se requiere que el sonido de la guitarra sea lo más limpio posible. Comúnmente se usa en jazz, pop o balada romántica. En este terreno también existen algunos puntos a considerar. El más importante es, creo yo, determinar la forma en que esta conexión eléctrica entre el origen de la señal y la consola de audio, habrá de efectuarse. La forma más común de hacer esto es a través de una “caja directa” o direct box. Su principal función es la de acoplar la salida normalmente de alta impedancia desbalanceada de las guitarras y procesadores a la entrada de baja impedancia balanceada de las consolas de audio, así como evitar la formación de ground loops. A pesar de que existen muchas marcas y modelos de estos dispositivos en el mercado, básicamente se dividen en dos tipos: pasivas y activas. La diferencia radica en que las primeras no contienen circuitos electrónicos y no requieren energía adicional para su funcionamiento, mientras que las del tipo activo, por el contrario, incorporan circuitos electrónicos y utilizan energía que obtienen ya sea de una pila, fuente de poder externa o vía phantom power. La mayoría de las cajas directas cuentan con interruptores de atenuación que se usan para reducir en determinado número de dB la amplitud de la señal enviada a la consola. También cuentan con interruptores de separación de tierras o ground lift, cuya función es la de aislar la tierra eléctrica del instrumento con respecto a la consola, para eliminar zumbidos indeseables.
Otra consideración importante es determinar en qué punto del equipo del ejecutante se efectuará la conexión para obtener la señal. Por ejemplo, si conectamos nuestra caja directamente a la salida de la guitarra, lograremos ciertamente un sonido limpio, pero no escucharemos en la consola nada de los efectos o procesamientos que el guitarrista use. De otro modo, podemos conectar nuestra caja después de los efectos o procesos, de esta forma sí escucharemos en la consola los efectos, pero no tendremos la ecualización ni el color añadidos por el amplificador del guitarrista. Esto es recomendable si el amplificador no es de muy buena calidad o el guitarrista tiende a sobre ecualizar su sonido.
La caja directa también puede usarse con guitarras acústicas que cuentan con transductores piezoeléctricos, mejor conocidas como “electroacústicas”, aunque no recomiendo esta opción debido a que: con excepción de unos pocos modelos de guitarras muy costosas, la mayoría de estos instrumentos con transductores internos, al conectarse por señal directa, entregan un sonido delgado y desagradable.
Existen también procesadores de efectos y amplificadores para guitarra que cuentan con salidas de baja impedancia balanceada o XLR, en cuyo caso es posible prescindir de la caja directa. Este tipo de equipos suelen tener una función de simulación de bocina o speaker simulator que tiende a imitar el sonido que se obtiene con la técnica del microfoneo. Dicha función puede ser activada o desactivada según se desee. Estas consideraciones son válidas tanto en vivo como en estudio.
A manera de conclusión final, lo único que puedo decir es que no existe “la manera correcta” o la receta infalible para sonorizar o grabar una guitarra. Definitivamente la mejor opción es aquella que te da buen resultado o cuyo sonido te satisface. Siempre hemos dicho que no hay que temer a la experimentación. La eterna recomendación es: antes de añadir ecualización, prueba con diferentes ubicaciones del micro. Hasta la próxima.