Entrevista con Herminio Gutiérrez, supervisor musical
Por Rodrigo O. Sánchez
Foto por Fernando Aceves
Herminio Gutiérrez es unos de los supervisores musicales más destacados en esta compleja industria. Empezó su carrera trabajando en la película Amores Perros, que hoy ya es considerada un clásico. Ha sido el supervisor musical de grandes proyectos como El Robo Del Siglo, Temblores, Narcos Vs Zombies, Ixcanul y Qué Pena Tu Vida, por mencionar solo algunos.
Fue supervisor de la película La Llorona, la cual recientemente recibió una nominación a los Golden Globes.
En esta entrevista Herminio Gutiérrez nos cuenta sobre su manera de trabajar, y revela qué debe hacer el artista o músico interesado en colocar su música en series y películas, entre otras cosas.
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¿Cómo manejas la supervisión musical en películas sobre temas sociales profundos como Ixcanul?
Ante todo tengo que entender y asimilar el proyecto en el cual trabajo. Cada proyecto tiene una canasta, así lo veo yo. Por ejemplo, una comedia como No Se Aceptan Devoluciones tiene una canasta en la cual puedo poner cosas comerciales. Por otro lado, proyectos como La Llorona, Temblores e Ixcanul me obligan a hacer otro tipo de reflexión.
Realizo muchos diálogos con el director para que me cuente los detalles de cada historia. Es vital entender qué hay detrás. Por ejemplo, en Ixcanul hay una escena muy desgarradora la cual lleva música muy local y en verdad la película entera está sonorizada con opciones muy desnudas y locales. ¿Cómo denotas la marginalidad en la cual los personajes estaban sumidos? Fue importante encontrar música que contara eso, y muy local.
¿Cómo comparas eso con El Robo Del Siglo?
Yo entendí El Robo Del Siglo como otra canasta. Me puse a investigar el hecho, leí muchas notas periodísticas, de entender cómo fue el año en el cual se da ese hecho que fue 1994. También estudié mucho qué se escucha en la región en donde se dio ese robo, que es en Valledupar en Colombia. Entender los personajes, entender la región, cómo se conecta con los personajes que están en Bogotá, etc.
También es importante entender dónde están los acentos de humor para poder encontrar el equilibrio. Me preocupo mucho de no poner un humor involuntario en escenas que no lo ameritan. ¿Dónde está el humor? ¿Dónde se puede jugar? ¿Qué partes son serias y deben ser tratadas como tal?
Además de eso, está el hecho de que las plataformas te piden que en la medida de lo posible hagas los proyectos con una mirada universal. Por eso, además del sonido colombiano y específcamente de Valledupar, también suena Hombres G, Los Prisioneros y otros, para poder que el proyecto se potencie aún más. Se trata de encontrar ese lenguaje en común que cuente la historia.
¿Cómo se desarrolla esa sensibilidad de saber qué elegir para musicalizar proyectos? ¿Qué consejos le das a quien desee convertirse en supervisor musical?
A veces sentimos que todos podemos hacer todo. Lo mismo con otras profesiones, muchos creen que es fácil. Que todos podemos ser por ejemplo, periodistas. Escribes un texto y ya. Y muchas veces algunos sienten lo mismo con ser supervisor musical. Ves una escena, pasa algo, y buscas una canción para ponerle y listo.
Yo realizo un ejercicio para abrirle los ojos a mis estudiantes en la Escuela de Cuba. Les leo un cuento de dos páginas, y les digo: “a ver, si es tan fácil, pónganle una canción a este cuento que acabo de leer”. Enseguida varios entran en pánico y me dicen: “pero de qué género, cómo lo pongo?”. Yo les digo que simplemente pongan una canción y se quedan perplejos.
En primer lugar, para ser supervisor musical necesitas hacer ese ejercicio repetidamente. Lees un cuento y le pones una canción. Eso toma desarrollar una sensibilidad. Entender quién es el personaje central y cuál es su motor. Entender qué hace el personaje, por qué lo hace. Saber qué le quieres dar al espectador con tu selección de canción. Ese ejercicio hay que repertirlo hasta lograr desarrollar esa sesibilidad. Y eso toma tiempo y esfuerzo.
A veces mi mujer se enoja cuando le digo que voy a leer un guión, pues sabe que eso significa que estaré encerrado todo un día. Y claro, es que me toma ocho horas o más sentarme con un guión. Lo leo, y paro en ciertas partes. Escucho cosas, trato de entender por qué el personaje está haciendo eso que hace. Tengo que plantear una serie de preguntas para encontrales respuesta a través de la música.
Hago muchas notas para poder recordar sensaciones que sentí al leer el guion. Quiero ser fiel a esa primera sensación y mantenerla durante el año o más que toma sacar el proyecto. Tengo que tomar una historia y darle una identidad.
El director que me confía la supervisión musical necesita de mí una obra hecha de manera artesanal, con todo el cuidado posible. Quiero que el director se sienta orgulloso de esa obra. Que la salga a defender 100 % convencido de que todo está bien hecho, incluyendo la música que acompaña las escenas.
¿Cómo es el proceso de Herminio Gutiérrez al momento de musicalizar una película, serie o documental?
Para empezar, lo más importante cuando me llega un proyecto es encontrar el momento ideal, y el mood ideal para leer el guión. Yo no trabajo de 9 a 5. Si me toca leer un guión a las 10 de la noche porque en ese momento se dieron las condiciones necesarias, entonces trabajo toda la noche. Si al momento de empezar a leer fluye muy bien, avanzaré mientras exista esa energía.
Una vez que termino de leer ese guión, hago notas y me paso unos días tratando de entender y encontrar la manera adecuada para contar la historia. ¿Qué decisiones toma el personaje? ¿Fue una mala desición que lo llevó a algún conflicto? Entender lo que está pasando y la manera de contar la historia es esencial.
Cuando hablo con el director, estoy ya preparado para tener una conversación constructiva donde abordamos cuál es la manera de abordar el proyecto, qué falta por investigar, qué me gusta, qué me preocupa.
De ahí, empiezo a armar bandas sonoras para recordar las sensaciones que sentí, siempre con la visión de contar la historia de la mejor manera posible.
En otras ocasiones se requiere contratar a un historiador para contar como se ecuchaba el México de 1913, por ejemplo. Nos juntamos yo, director y historiador en una sesión larga de mucha conversación. El historiador empieza a hablar, bebemos tequila y hacemos una sesión extensa. No anotamos nada, solo entramos en la vibra correcta. Igual, con cada director la experiencia cambia pues cada quien tiene sus preferencias.
Luego te vas a rodaje, te sientas horas y horas a ver diversos rodajes de una película, se elaboran partes específicas, etc. Yo arranco con el director desde el inicio y mi proceso termina el día del estreno.
¿Qué debe entender la gran cantidad de artistas que busca a Herminio Gutiérrez para enviar música?
Un artista debe poder decirme en menos de dos minutos, quién es, quién posee los derechos de sus grabaciones, en dónde puedo encontrar su música y ponerme dos canciones que me vuelen la cabeza. Si eso no pasa, ese encuentro simplemente queda olvidado.
El músico debe además ensayar cuál es la manera más efectiva de presentar su trabajo. ¿Qué tiene tu música que puede hacer que otro voltee y se interese? ¿Qué vas a hacer para que alguien dedique cinco minutos a ver un video tuyo o escuchar una canción?
Volvemos también al ejercio anterior de leer un cuento y ponerle una canción que emocione a un público.
Hay que hacerlo con cuidado. Tu música no va a pegar porque me envíes 10 mensajes por WhatsApp, me sigas en twitter y me envíes un montón de cosas.
Y esto es así a todo nivel. A veces, yo también busco a los directores con quién trabajo. Estudio sus proyectos anteriores, me preparo bien, los contacto y les hago una propuesta concreta. Voy mucho a festivales de cines, de música y encuentros de mercado para desarrollar todos esos contactos. Se trata de preparación y de hacerte familiar para ellos, desarrollar una relación.