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Micrófono Worker Bee de Neat Microphones

Micrófono Worker Bee de Neat Microphones: Tu música como abeja al panal

 

Por Cosme Liccardo  |  [email protected]

Neat Microphones es una división de la sombrilla Gibson, que está liderada por grandes figuras de la industria, como Skipper Wise y Martins Saulespurens. Si esos nombres te parecen conocidos, es porque en 1995 fundaron la legendaria compañía de micrófonos Blue Microphones, cuyas estrellas, tales como el Blue Bottle y el Bottle Rocket, han dejado huella permanente en el área del audio profesional. El esfuerzo del equipo de Neat ha traído al mundo una serie de micrófonos, cuyo diseño particular se basa en una colmena de abejas, donde cada uno cumple una función particular.

Hoy tendremos la oportunidad de criticar una de sus abejitas más versátiles, el Worker Bee. Denominado por la compañía manufacturera como Apis Myriadalis, ésta brinda una solución de microfonía para escenarios variados, una abeja obrera figurativa (y casi literal).

 

Presentación

El Worker Bee es un micrófono de condensador con diafragma mediano (24mm de diámetro) que cuenta con una sensibilidad de 19.0 mV/Pa a 1Khz y resiste un máximo de 145 dB SPL. Presenta una tasa de señal/ruido de 79 dB y un rango dinámico de 135.5 dB. Su rango de frecuencias se extiende de 20Hz hasta 20 KHz, presentando acentos de 5 a 10 dB en 70Hz, 300Hz, 1KHz; una resonancia de aproximadamente 8 dB a partir de 5kHz y una atenuación de aproximadamente 5dB en 10KHz y 15KHz. Aunque presenta un patrón polar de tipo cardioide, su rechazo fuera del eje se acentúa en 5KHz, mientras que se hace mas laxo entre 20Hz y 1KHz, así como de 8KHz en adelante. En vez de circuitos integrados, el Worker Bee utiliza un amplificador discreto de clase A para asegurar transparencia y mínima distorsión o coloración indeseada.

 

Primera impresión

El empaque exterior es muy llamativo: una caja aurinegra con cobertura de plástico diseñado en forma de panal, muy robusta y agradable visualmente. Además de contar con un diseño moderno y limpio, su construcción consiste de 100% material reciclado, lo que denota el enfoque ecosostenible y la conciencia ambiental de la compañía.

Una vez abierta la caja exterior, encontramos el empaque interior que contiene el micrófono, la montura antivibratoria y el filtro antipop. Noté un pequeño inconveniente de diseño en esta sección del empaque: es bastante difícil acceder a su contenido ya que el módulo de plástico y cartón debe extraerse en su totalidad y esto tiende a ser incómodo. No comprendo por qué no se usó el mismo tipo de empaque del King Bee, cuya construcción de goma espuma brinda un acceso rápido y fácil al contenido interior de la caja. Cabe destacar que Neat se redime al incluir un estuche suave para uso diario del micrófono y un juguete coleccionable en forma de abeja muy divertido. Este último incluye un número de serie que la compañía planea utilizar en futuras promociones.

El micrófono es una obra de arte moderna, el diseño de la abeja está perfectamente cohesionado con la funcionalidad del producto. Su tamaño es más pequeño y manejable que el del King Bee, permitiéndole mayor movilidad y facilidad de colocación. A pesar de ser un poco pesado, es lo suficientemente compacto para ser utilizado en espacios pequeños y posicionado en cualquier sentido. Al igual que sus antepasados de Blue, su cápsula es algo delicada; afortunadamente, leí el manual antes de manipularla, ya que dice que cualquier intento de girarla o removerla puede causarle una “herida mortal” a la abeja.

El cuerpo del Worker Bee está construido con metal fuerte (no pude identificar si era acero o aluminio) y se une a la montura en forma estable y segura a través de dos tornillos que se introducen en su parte inferior. A pesar de ser de plástico, la montura antivibratoria es rígida y fuerte, y su mecanismo de tornillos la hacen más estable que muchas en el mercado. La forma de colocar el filtro antipop que incluye el paquete del Worker Bee es sencilla, siempre y cuando se considere la ranura que encaja con el cuello del micrófono.

 

En uso

Si el Worker Bee está destinado a ser un micrófono de uso múltiple, quise comprobarlo con la mayor variedad de instrumentos que pudiera. Para esta prueba utilicé un previo API 512C y cables ProCo para cada conexión. El manual menciona el “Beeline”, un cable patentado por Neat, que asegura una transmisión óptima de la señal a grabar. Lamentablemente, este cable es vendido por separado y no fue incluido en el paquete que recibimos, así que no puedo dar una opinión confiable al respecto.

No se utilizó compresión o ecualización alguna, durante o después de la grabación. Cada toma fue dejada en crudo para una apreciación objetiva.

Los instrumentos se grabaron en el siguiente orden: voz masculina, guitarra acústica, flauta dizi (flauta trasversa china de bambú), darbuka (microfoneado de frente al cuero), pandereta, tambor de marco y bodhran irlandés.

La captura de la voz se realizó de acuerdo a las recomendaciones de Neat: de 4 a 5 pulgadas de distancia, con el micrófono colocado a nivel de los labios. Se apreciaba la sensibilidad del micrófono ya que la señal grabada es fuerte y clara. El brillo de 5KHz en adelante brinda claridad y lustre que asegura un corte agradable a través de la mezcla, mientras que la atenuación en 10 KHz ayuda a prevenir sibilancias indeseadas.

El manual también recomienda acercarse hasta 1 pulgada de distancia para resultados más íntimos. Es aquí cuando percibí que el filtro antipop incluido con el micrófono no es del todo efectivo, pero no veo como un filtro antipop colocado a un centímetro de distancia de la cápsula pueda romper con las consonantes mas explosivas. Por ello recomiendo combinarlo con un buen filtro antipop adicional ubicado al grabar voces.

Para la guitarra acústica, decidí utilizar una Taylor DN3 con cuerdas Elixir Nanoweb .012-.053 y colocar la abeja viendo a un punto equidistante de la caja acústica y el cuello. La claridad en los medios agudos y la respuesta de ataque asegura una señal que corta perfectamente en una mezcla, sin sonar demasiado áspera ni punzante. Por lo contrario, los medios y graves se sienten más controlados: no es el micrófono ideal para un sonido de guitarra grueso y poderoso. Sin embargo, es el complemento perfecto para el King Bee en la guitarra acústica. Si la guitarra es de muy buena calidad, puede colocarse el King Bee cubriendo la caja acústica y el Worker Bee cubriendo las cuerdas para lograr una captura completa y fidedigna del instrumento o, en caso de tener una guitarra con un sonido muy brillante (de esas que aturden en los medios agudos) pueden invertirse los micrófonos y controlar los brillos con el King Bee cubriendo las cuerdas, al mismo tiempo que se obtiene una claridad rica en armónicos con el Worker Bee cubriendo la caja acústica ¡Es cuestión de experimentar!

De los instrumentos que se grabaron, la flauta dizi destacó por encima de los demás. Su respiración natural fue realzada por el aumento en 5KHz y la dinámica de la ejecución se sintió natural y cómoda al oído. Pude percibir como se beneficia la señal de los instrumentos de viento gracias a la respuesta en los medios agudos del Worker Bee. Asimismo, su resistencia a altos niveles de SPL lo hace una buena elección para grabar trompetas o trombones, pero nada destaca más que instrumentos ricos en armónicos de medios agudos, como el saxofón, la flauta o el oboe.

Para la percusión, quise dividirlas según su rango de frecuencia. La pandereta y la darbuka para observar la respuesta en frecuencias agudas, el tambor de marco para las frecuencias medias y el bodhran irlandés para los medios graves y graves.

Tanto el darbuka como la pandereta son instrumentos dinámicos cuyas señales presentan picos abruptos y en ambos casos, el Worker Bee presentó una imagen sonora fidedigna y clara de su sonoridad, con un viso delicado en las frecuencias agudas que seguro facilitaría su respectiva incorporación a una mezcla más adelante. Al colocar el micrófono del lado frontal del darbuka, se busca capturar el sonido delicado del golpe y los matices generados al percutir las orillas del cuero (que en este caso es sintético), la abeja obrera probó ser excelente para este trabajo y, de nuevo, se complementaría perfectamente con el King Bee si éste último se utilizase para microfonear el lado posterior del instrumento.

El tambor de marco Remo de 14 pulgadas es un instrumento particular, dado que su sonido contiene una gran variedad de armónicos en el rango medio del espectro sonoro. Su tono es redondo y su dinámica es un poco más reducida que la del darbuka, pero Worker Bee lo representa adecuadamente. Su señal es clara y ordenada; controlar una abundancia de armónicos en las frecuencias medias es tarea difícil para un micrófono con buena respuesta en los medios graves como el King Bee y puede enlodar la grabación del instrumento, es por ello que la abeja obrera tiene la ventaja en este caso particular.

Lamentablemente no tenía un bombo a la mano para probar la respuesta del Worker Bee en instrumentos de percusión graves, por ello utilicé un bodhran de 18 pulgadas. El bodhran es un tambor de marco oriundo de Irlanda que se golpea con una varilla de madera llamada “tipper”, con la que se ejecutan ritmos variados, muchas veces basados en tresillos. Siendo la base rítmica de la música folklórica irlandesa, muchos prefieren microfonearlo desde su lado posterior, para así obtener mayor respuesta de frecuencias graves. En este caso el Worker Bee mostró sus deficiencias, ya que la respuesta al instrumento fue enfocada en medios y no en medios graves. Este micrófono no es el mejor para capturar el rango mas bajo del espectro sonoro, pero es un buen complemento para el King Bee u otros micrófonos de respuesta parecida, en la microfonía de un bombo.

 

Conclusión

La abeja obrera o Worker Bee de Neat, es un excelente micrófono para comprar en conjunto. Cinco de ellos podrían resolver el 80% de los retos de un estudio de grabación, con la calidad de un micrófono de condensador de alta gama, pero es claramente un complemento de su primo el King Bee.
Yo empecé esta crítica con la intención de no saber el precio que tiene este producto en el mercado y cuando me enteré que costaba apenas 200$ ¡no podía creerlo! Estoy seguro que podría pasar una prueba ciega compitiendo micrófonos de más de US$1000, algo que no había visto desde los clásicos Shure.

Sé que la estrategia de mercadeo de Neat basada en abejas despertará el niño que muchos llevamos dentro y llevará este “juguete para grandes” al tope de nuestras respectivas listas para Santa en navidad, no solo por su diseño moderno y atractivo, sino por el resultado sorprendente que brinda este Apis Myriadalis.

 

Precio: US$199.00
Para más información: www.neatmic.com

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